domingo, 22 de abril de 2007

Reallity Joe

Soy un famoso sin apellido, pero pertenezco al delicioso mundo de las cellebrities.

Mi pasaje por un reallity show me otorgó en tres meses lo que no me dieron varios años de teatro, literatura, poesía e insultos.

Blasfemé, hice lo posible y lo otro también, pero no lo logré.
Hice un pacto con el diablo y me cagó, nunca tuve una oportunidad, y cuando la tuve no destaqué.

Ahora la gente me conoce en la calle, pero no tengo nada que decir, ni que hacer, soy un reallity shoe.

martes, 10 de abril de 2007

Epitafio

Aquí yace un joven culto, buen hijo, estudioso, trabajador, buena persona, bonito, precioso, cachetón, todo esto y muchas mas cosas de acuerdo a su mamá.

Quienes conocemos sus otras facetas podemos dar otros detalles, por ejemplo:

Aquí yace un reverendo hijo de puta, este tipo si que tenía rock, ¿rock? Este hombre tenía heavy metal en las venas, si se le arrimaba un plancha a pedirle monedas le metía una chancha de cerámica por su mas privado orificio y después lo cagaba a patadas para generar las mas espantosas heridas internas, obviamente el inocente plancha iba a terminar defecando a través de una sonda y cargando permanentemente con sus deshechos en una bolsita.

Recuerdo perfectamente la vez que en su auto paró en un semáforo (no era una práctica habitual en él), lo importante es que el pibe que estaba limpiando parabrisas se atrevió a mirarlo a los ojos y sin querer derramo un poco de jabón sobre el vidrio, Ramón se bajó del coche (chevy negro), le arrancó la lengua al incauto con una mano y la utilizó como trapito para limpiar el vidrio ante la atónita mirada del mutilado. Posteriormente se la comió.

Y si señores, Ramón murió como vivió. Murió en su ley.

Luego de haberse cagado de risa de Keith Richards, quien declaró haberse aspirado con cocaína las cenizas de su padre lo fue a buscar a su casa.

Apenas llegó a la casa de Keith lo recibieron tres enormes guaridas de seguridad, al primero lo mató de miedo con la mirada, y los dos restantes murieron empalados, pero nunca se encontró el falo que se había usado con este fin.

Entró al living luego de incendiar la puerta de entrada que estaba cerrada con llave, alli estaba el legendario Stone, tomando Jack Daniels, acompañado de unas cuantas quinceañeras.

-¿Así que te esnifaste a tu viejo, viejo puto? –Preguntó e insultó- ¡Con la familia no se jode pedazo de mierda!

En ese instante aspiró profundamente y se llevó a Richards, con vaso y todo.

Una vez que lo tuvo dentro de su cuerpo comprimió sus músculos pectorales quebrando así absolutamente todos los huesos del rocker.

Finalmente se instaló en el baño de su casa a excretarlo.

Ramón falleció de sobredosis, es que el viejito verdaderamente estaba pasado.

martes, 3 de abril de 2007

¿Esquizofrenia?

Conversación entre mi ego (E) y mi alter ego (AE) ocurrida un domingo a las 15 horas en una cama.


AE – Pensá un número.
AE – Multiplícalo por dos.
AE – Súmale 8.
AE – Ahora levanta la mano izquierda, y tócate la nuca pasando el brazo por el costado derecho del cuello.

E – ¿Qué?!
E – ¡Es cualquiera esto que me estás haciendo hacer!

AE – Bueno, está bien…me quería cagar un poco de risa nomás.

E – Che, y ¿qué pasó con la minita de ayer?

AE – No entregó.

E – Con razón (frotándose la entrepierna).

AE – ¿Y vos en donde estuviste?

E – No sé…estoy confundido. ¿No compartimos el mismo cuerpo?

AE – Si, claro.

E - ¿Entonces para que me preguntas?

AE – No, para nada, quería ver hasta donde te acordabas…

E - ¿Qué pasó? Me estás preocupando.

AE – No…no…nada, nada, todo bien.

E – Para! No me digas que de nuevo te zarpaste…

AE – No, tranquilízate…no fue nada…

E – ¡Pero que hijo de puta!!! ¡Estoy seguro que lo hiciste de nuevo…concha de la lora!!

AE – Bueno, esta bien, pero no te calientes bo…

E – ¿Sabes que? ¡No tomo alcohol nunca mas!

AE – Eso ya lo dijiste mil veces papá, no seas malo

E – Pero esta vez es enserio, no tomo mas.
E – Ya estoy cansado de que cada vez que me chupo pasa lo mismo.

AE – ¡Y yo estoy cansado de tus amenazas!

E – Bien, arrancá por ahí entonces…

OTRA ENTIDAD – Ehh…pará guacho, todo bien loco, prendan un incienso y dialoguen en una buena loco ¿me entendes?

AE y E – Y vos quien sos?

OTRA ENTIDAD – Estás re desdoblado loco ¿me entendes?
OTRA ENTIDAD – Achicá un poco valor ¿entendes?

E – ¿Viste? ¡Lo que yo decía!

AE - ¿Y le vas a hacer caso a este gil?
AE – ¿Una vida encontrándonos para que le hagas caso al primer gil que aparece?
AE – Una vida y ¿así me pagas?

E – No, bueno, tampoco te lo tomes a mal..

AE - ¿Y como queres que lo tome?

E – Ta, esta bien, perdoname…

AE – Dale loco, pero no te zarpes así, mal, conmigo…

E – Perdón…

AE - ¿Vamo` a tomar una?

E – Dale, bien heladita.

OTRA ENTIDAD – Re desdoblado loco…humores cambiantes ¿me entendes?

lunes, 2 de abril de 2007

Anótame un poroto

Los campesinos trillaban sus tierras, arando, desenterrando, quemando y echando por la borda sus plantaciones antes de la cosecha.

¿Qué pasaba en el pueblo? Los habitantes del mismo solo querían porotos, la gente del campo veía como única posibilidad de supervivencia comercial la plantación de la preciada legumbre.

Los porotos se habían tornado un bien tan demandado que sus precios habían alcanzado valores históricos, los almacenes y supermercados estaban desabastecidos de los mismos y se había dado lugar a un mercado negro de porotos.

Los poroto-traficantes “cortaban” los porotos con canicas Pernigotti, el corte consistía en mezclar un kilo de porotos con cien gramos de la golosina, estafando así a los compradores.

Esto había generado que también la venta de canicas se incrementara y revitalizó la empresa productora de los chocolatitos, así fue que Pernigotti –que no estaba en su mejor momento- volviera al ruedo, reaparecieron los discontinuados tico-tico, la televisión se inundo de sus campañas publicitarias y además, en poco tiempo, la empresa duplicó su plantilla de personal.

Lo que había dado lugar a este desencadenamiento de sucesos era el asesinato a tiros del dictador del pueblo, el día trece de febrero lo mató un indigente a sangre fría con el único fin de obtener algo de alimento.

El pueblo celebró la muerte del tirano, y se quitó del medio la supuesta mala suerte asociada al número 13, es más, de manera irónica y con una alta dosis de humor negro todo el mundo jugaba a un nuevo juego de cartas llamado “escoba de 13” análogo a su par de 15.

Todos jugaban el juego, y requerían los porotos para anotar los puntos que obtenían.

El indigente fue laureado con el título de ciudadano ilustre , el nuevo gobierno legítimo le entregó una casa, diez mazos de naipes completos (48 cartas y 2 comodines) y dos bolsas de arpillera repletas de porotos.

La gente de Pernigotti lo premió adicionalmente con un puesto de supervisor en la línea de producción de canicas.

Él solo quería comer un pedazo de carne y el hambre que tenía luego de varios días sin probar bocado le había hecho perder el prejuicio que dice que comer carne humana está mal.