lunes, 31 de diciembre de 2007

jueves, 13 de diciembre de 2007

Academias Cholo

Salió el Cholo de su hogar con el pecho inflamado por el orgullo, sin dejar de lado el tema del tumor, que también hacía algo de bulto.

La alegría del Cholo, estaba basada en un presagio, una presunción de que por fin, luego de tantas malas, le había llegado la suya, la oportunidad de cambiar su vida, de volverse un tipo exitoso, de tener casa, auto, sexo con vedettes argentinas, y todas las beldades de la vida acomodada.

Su empresa iba a ser una bomba, un fábrica de dinero, era solo cuestión de esperar.

Luego de la revelación, el Cholo se encaminaba hacia la intendencia, a cumplir formalidades empresariales. En el camino, se cruzó con Tito.

Tito - ¿Qué haces mi negra?

Cholo – Epa, amigo, no me trate así por favor…un poco de respeto.

Tito – Dale guacha, no te pongas arisca –El Tito le mete un manazo en la nalga derecha a Cholo, y presiona dos veces con firmeza emitiendo un sonido similar al de una bocina-

Cholo – ¡Salí enfermo! Siempre estás en la misma vos…¿no te das cuenta que estoy en otra Tito?

El Tito empieza a pensar cuál será la causa del humor extraño del Cholo, piensa diez segundos, o veinte, y suelta el culo.

Cholo – Tito, abrí una empresa, se terminó la malaria Tito ¿entendés?

Tito – ¡Aguante Cholo! Yo sabía que vos tenías madera de ganador loco, sos un fenómeno guacho, vamo arriba eso ehhh…vamo arriba loco ehhh…

Los amigos se abrazan y el Tito luego de recapitular durante el abrazo prosigue:

Tito – Cholo, Cholito, ¿no me podrás tirar un doscientos? La semana que viene te lo estoy devolviendo Tito, es que la vieja anda precisando para la…

Cholo - ¡Para, Para! Loco, vos no te das cuenta, no, definitivamente no te das cuenta, estoy por empezar un negocio Tito, todavía no vi un mango, pero esta vez sé que va a andar Tito, me voy a cagar en guita, me pasaron una data fundamental Tito.

Tito, se queda caliente por no haber podido acceder al crédito del novel empresario. Pero ni ahí se pregunta cual es el negocio. Entonces el Cholo decide guiarlo:

Cholo - ¿Sabés lo que es la globalización?

Tito – ¡No via saber! – La cara del Tito evidencia que no sabe un carajo- Ta, fue pagando, pero conocer, conozco. ¡Qué buenas tetas!

Cholo – Putañero e ignorante –el cholo destaca la separación de las palabras con la letra “e” como si fuera un derroche de cultura- la globalización es una cosa nueva ¿entendés? Ayer me pasaron la data de que se viene, y que se viene con fuerza, ¿viste? Es una cosa que une a todos los países, a todas las regiones, traspasa todas las fronteras, no importa nada, se va todo al carajo Tito…me voy al carajo loco…me lleno de guita guacho…

Tito – ¿decís que se viene eso?

Cholo – Eguro Tito, es la evolución ¿me entendés?. Por ejemplo ¿viste que los bebés lloran cuando tienen gases?

El Tito asiente.

Cholo – Y vos, sin embargo, te abrís como cartón mojado y te cagas de la risa ¿viste? Eso es la evolución Tito, no la podés evitar. Es así.

Tito - ¿Y entonces? –El tito se aproxima el encendedor a la entrepierna a ver si puede hacer una “llamarada del dragón” para demostrar su alegría, pero no le sale-

Cholo – Es cuestión de esperar Tito, es cuestión de sentarse tras el escritorio de dirección y esperar. Abrí una academia Tito.

Tito - ¿Y que vas a enseñar? ¿Cómo viene la manija loco?

Cholo – Yo no voy a enseñar, en realidad no conozco el tema, pero ayer, cuando me pasaron la data de la globalización, me pasaron el otro dato que me dejó enroscado. Abro una academia de idiomas Tito…

Tito – Cholo, tas pasado, ya hay academias de inglés loco, abundante.

Cholo – No voy a enseñar inglés papá, esa es la veta, ¡voy a enseñar el idioma universal guacho! Un idioma que va a precisar todo el mundo cuando la globalización llegue a la gilada, y ahí si Tito, ahí si, van a venir todos a comer de mi mano.

El Cholo abrazó al Tito para mostrarle que aún siendo millonario no se iba a olvidar de él, y que lo iba a seguir apoyando por siempre.

Luego del abrazo se soltaron y empezaron con la ceremonia, siempre que estaban contentos los muchachos arrancaban a las piñas, en joda, cachetadita acá, piquete de ojos por allá, siempre igual.

Mientras andaban a los saltos, jodiendo con la peleíta, el Cholo se tropezó con el cordón de la vereda, y cayó a la calzada.

La mala suerte, quiso que un camión que venía del mercado central cargado hasta las bolas lo agarrara de costado, partiendolo al medio literalmente.

De la carpeta que tenía en las manos cayó un papel, el único papel que llenaba la carpeta.

El Tito absolutamente congelado por la situación, solo tuvo reacción para levantarlo.

Una única palabra llenaba el único papel:

“Esperanto”.