sábado, 28 de marzo de 2009

Descontrol

Estaba tirado en la cama en estado alfa cuándo ocurrió lo inesperado: el dispositivo que tenía en mi pecho comenzó a vibrar. Sospeché que sería un teléfono celular. De manera que lo tomé y presioné el primer botón que pude, con la motricidad que pude.

- Hola
- Hola, poné el 73 –dijo una voz desconocida-

Para ese momento, pude notar con una claridad casi exacta que el dispositivo a través del cuál la voz me hablaba era el control remoto de la tele.

Sin reparar en nada, cambié el canal hacia el 73 y retomé la conversación.

- Equivocado.
- Ah… disculpe.
- No es nada.

No tengo cable, claramente era equivocado.

lunes, 16 de marzo de 2009

Bipolar

Otra vez recorro esas calles, solo, borracho. Vuelvo a casa. La noche es fría, y el viento me pega en los ojos haciendo que el líquido que los recubre se corra hacia atrás, a los costados de mi cara. Lo seco con mis muñecas y dudo: ¿será el viento, o la tristeza?


***


Vuelvo a casa, otra vez solo, aunque acompañado: el bondi está hasta las tetas, y el libro se deja leer. Abstraído de la situación, noto algo muy bueno en mí: uso un calendario cómo marcador. Quedo contento, tengo un buen término de viaje.

domingo, 1 de marzo de 2009

El escritor afortunado

INICIO

El escritor afortunado fue galardonado con los más altos honores que se otorgan en la literatura a los creadores de historias escritas.

En su hogar, el escritor afortunado tenía un bolillero, del cuál extraía, en orden, todos los caracteres que contiene un relato. Las letras, los signos de puntuación, el comienzo del relato, y el fin del mismo surgían del bolillero sin detenerse.

La dinámica de la escritura era la siguiente: el escritor afortunado se sentaba al costado del bolillero y extraía bolillas, hasta obtener la palabra “INICIO”, luego de esto, debía comenzar a copiar carácter por carácter, en un papel, todos los caracteres que obtenía, hasta llegar a la palabra “FIN”. En ese punto podía volver a repetir la operación para obtener un nuevo relato.

Según cuenta la leyenda, todos podemos construir un bolillero de este tipo, pero aparentemente, ese equipo había sido concedido al escritor afortunado con la condición de que él, no podía revelar el secreto a nadie, y en caso de que lo hiciera, a través de cualquier medio, el bolillero no funcionaría más.

El escritor afortunado, sin embargo, intentó revelar el secreto de su bolillero de forma escrita, a través de éste mismo relato.

IFN