lunes, 14 de septiembre de 2009

El sueño del escritor comunista


Nueve pesos uruguayos equivale a 1,5 argentinos.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Centro de Asistencia al Suicida

- Buenos días, Centro de Asistencia al Suicida, habla Esteban; ¿en qué puedo ayudarle?
- Hola, Esteban, estoy muy mal, muy solo, hace años, estoy planeando aquello.
- Bien, señor. Dígame: ¿quiere zafar de verdad, o hacer un llamadito de atención nomás?
- No, ésta vez quiero hacer “el bueno”.
- Bien, es su decisión, cuénteme: ¿en qué piso vive?
- Piso 2.
- Ok, creo que no va a ser recomendable tirarse por la ventana. Corre el riesgo de quedar con las piernas quebradas. No es la idea. ¿Armas de fuego, tiene?
- No, la verdad que le tengo un miedo bárbaro a las pistolas.
- Bueno, vamos a ver ¿usted tenía alguna idea?
- Yo estaba pensando en alguna pastilla, pero esa la hice la otra vez y me terminaron haciendo un lavaje de estómago porque mi vecino escuchó mi caída.
- Claro, si nos hubiera llamado, le habríamos recomendado que tomara las píldoras ya recostado en su cama. ¿Tiene alguna pastilla ahora?
- No, muy poquito.
- Usted está de suerte, acabamos de inaugurar el delivery de barbitúricos, obviamente, la paga se realiza por adelantado, y en efectivo.
- En realidad, tampoco tengo mucho dinero.
- Bueno, entonces vamos a tener que pensar en métodos más rústicos ¿cuerda tiene?
- Eso sí, tengo una muy buena, de nylon, muy resistente.
- Perfecto, dígame otra cosa ¿tiene su apartamento alguna viga que pueda utilizar para sujetar la cuerda?
- No.
- Entonces vamos a precisar taladro, unos buenos tacos, y buenos tornillos. Esto tiene que quedar bien, bien firme, sino la paraplejía es casi segura.
- No, no, no puedo tomar ese riesgo.
- Por eso le digo, la instalación tiene que ser hecha con mucho ahínco, no se puede perder detalle. Otra cosa: ¿su casa tiene techo alto?
- No, es bien moderna mi casa, es bajita.
- ¿Y usted es alto? En ese caso podría ocurrir que las patitas, rozando el suelo hagan estragos en la intención inicial.
- Si, soy bastante alto. Creo que va a ser difícil colgarme acá…
- Otra opción es la cortada de venas. El corte de venas es una práctica harto complicada, ocurre que el suicida luego de realizar el corte, ante el dolor, suele apretar la muñeca cortada con la mano opuesta, y de esta manera realiza un torniquete natural que detiene el sangrado.
- ¿Qué opción me queda?
- Y…yo creo que su caso es complicado. No hay otra opción.
- Y bué, no queda otra, entonces. ¡Me quiero matar!

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Mi primer divorcio (Parte 4)

A Marina la conocí en un trabajo que tuve durante un tiempo, ese trabajo fue una cosa divina, era en una inmobiliaria. La inmobiliaria era bastante grande, los vendedores teníamos todos celulares de la empresa. Además, éramos muchos. Además, éramos mezcla de hombres y mujeres. Veinteañeros. Y, por si fuera poco, Teníamos llaves de casas vacías. Era comunismo, todos laburábamos por un mismo sueldo y una misma calentura. Y era capitalismo, todos queríamos sacar más comisiones, y engancharnos más compañeras.

Ahí tuve una época dorada –o al menos amarillita y con algún brillo- con las mujeres. Cada tanto pasaba algo. Pero la que me gustaba a mí era Marina, Marina tenía la cara linda y pensaba bien. Pero era una mina jodida. Marina había entrado hace poco, y todavía ningún compañero había podido convencerla. Era de las minas que te escupen con cancha. Con calle. Era una mina desafío. Pero no la encaré por eso, la encaré porque tenía cara linda y pensaba bien.

La encaré porque le gustaba la música, porque yo con una mina “me gusta de todo” no puedo estar. Prefiero que le guste lo contrario a mí y confrontar para ver qué escuchamos el domingo en la mañana a que sea una “me gusta de todo”. Las “me gusta de todo” son como las gomitas que vienen adentro de las tapas de coca: La gente las mordisquea, pero no tienen gusto a nada.

Pero claro, no fue encararla así como así, primero nos hicimos amigos, salimos juntos con la barra del laburo, y charlamos borrachos muchas veces en esas salidas en las que el sol termina apuntando con el dedo a los trasnochados. Y fue en una de esas salidas que terminamos enredados.