- Buenos días, Centro de Asistencia al Suicida, habla Esteban; ¿en qué puedo ayudarle?
- Hola, Esteban, estoy muy mal, muy solo, hace años, estoy planeando aquello.
- Bien, señor. Dígame: ¿quiere zafar de verdad, o hacer un llamadito de atención nomás?
- No, ésta vez quiero hacer “el bueno”.
- Bien, es su decisión, cuénteme: ¿en qué piso vive?
- Piso 2.
- Ok, creo que no va a ser recomendable tirarse por la ventana. Corre el riesgo de quedar con las piernas quebradas. No es la idea. ¿Armas de fuego, tiene?
- No, la verdad que le tengo un miedo bárbaro a las pistolas.
- Bueno, vamos a ver ¿usted tenía alguna idea?
- Yo estaba pensando en alguna pastilla, pero esa la hice la otra vez y me terminaron haciendo un lavaje de estómago porque mi vecino escuchó mi caída.
- Claro, si nos hubiera llamado, le habríamos recomendado que tomara las píldoras ya recostado en su cama. ¿Tiene alguna pastilla ahora?
- No, muy poquito.
- Usted está de suerte, acabamos de inaugurar el delivery de barbitúricos, obviamente, la paga se realiza por adelantado, y en efectivo.
- En realidad, tampoco tengo mucho dinero.
- Bueno, entonces vamos a tener que pensar en métodos más rústicos ¿cuerda tiene?
- Eso sí, tengo una muy buena, de nylon, muy resistente.
- Perfecto, dígame otra cosa ¿tiene su apartamento alguna viga que pueda utilizar para sujetar la cuerda?
- No.
- Entonces vamos a precisar taladro, unos buenos tacos, y buenos tornillos. Esto tiene que quedar bien, bien firme, sino la paraplejía es casi segura.
- No, no, no puedo tomar ese riesgo.
- Por eso le digo, la instalación tiene que ser hecha con mucho ahínco, no se puede perder detalle. Otra cosa: ¿su casa tiene techo alto?
- No, es bien moderna mi casa, es bajita.
- ¿Y usted es alto? En ese caso podría ocurrir que las patitas, rozando el suelo hagan estragos en la intención inicial.
- Si, soy bastante alto. Creo que va a ser difícil colgarme acá…
- Otra opción es la cortada de venas. El corte de venas es una práctica harto complicada, ocurre que el suicida luego de realizar el corte, ante el dolor, suele apretar la muñeca cortada con la mano opuesta, y de esta manera realiza un torniquete natural que detiene el sangrado.
- ¿Qué opción me queda?
- Y…yo creo que su caso es complicado. No hay otra opción.
- Y bué, no queda otra, entonces. ¡Me quiero matar!