Al fin cumplí el sueño de la casa propia.
Llegó la hora de emanciparme, decir adiós a mi amada familia y echar a volar.
Durante unos meses voy a mantener poco contacto (telefónico) con mis seres queridos, y me las voy a arreglar solo, y luego volveré a verlos con frecuencia, pero manteniéndome la mayoría del tiempo en mi futuro nuevo hogar. Con mis muebles, mis electrodomésticos, mis adornos y mi vida dentro de mi techito.
Todavía no puedo creer que en tan solo algunos meses, luego de un recorrido por las inmobiliarias de la ciudad y varias potenciales casas visitadas, llegue a abrir "esa" puerta y descubra tras ella el calor de mi nido.
Mi familia siempre fue humilde, así que ellos también se sienten orgullosos de verme conseguir este sueño a costas de mi trabajo. Yo sueño devolverles con creces lo que ellos desinteresadamente me brindaron.
Mi educación siempre fue muy severa, fui criado en un ambiente de costumbres mas bien conservadoras, todavía recuerdo la paliza que recibí la mañana que se me olvidó lavar la taza de café con leche.
Esa educación fue la que forjó mi carácter, y generó el hecho de que hoy me encuentre donde estoy, por eso también agradezco a mi padre, a mi madre y a toda mi familia.
Mi casita me espera aquí, y voy a volver a buscarla en doce meses, mañana parto al Congo, en misión de paz.
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