miércoles, 27 de mayo de 2009

Rapto (Parte 2)

En mis veinte años de librero no me había ocurrido algo igual, de pronto me encontraba más interesado por leer las seis hojas manuscritas que tenía en mis manos, que por leer cualquiera de los libros que me rodeaban en el salón. Varios Premio Nobel incluidos.

El final de la jornada fue difícil, estuve en la duda, evaluando entre lo que me pedía la voluntad inmediata, el deseo, y sopesándolo contra la moral esa que me decía que el escrito del señor debería seguir siendo privado, hasta tanto él me invitara a leerlo. Pensé que sería una buena opción hacerle alguna pregunta mañana, a ver si me contaba algo.

Llegué a casa y le conté a mi mujer enseguida; ¡a alguien se lo tenía que contar! No me aguantaba. Ella me dijo que era raro. ¿No sería una carta que yo debía haber leído? ¿Y si se intentaba comunicar con alguien a través de mí? ¿Pero que tengo yo de especial? Ella, no se si movilizada por la curiosidad, o por éstas otras cuestiones, me sugirió que leyera el manuscrito al otro día temprano. Y que la llamara para contarle.

Llegué temprano a la librería al otro día. Entré sin llegar a abrir la cortina de metal del todo, y encendí las luces. Lo primero que hice fue buscar las hojas.

No fue poca la decepción que sentí cuándo leí en las mismas un cuento infantil. Hablaba de un niño que tenía un pez, y como le quería mucho, pero al mismo tiempo quería que conociera su hábitat natural, lo puso en una pecera tapada y sellada con acrílico y hundió la pecera en el mar.

¡Qué decepción! Estaba bien escrito, pero ¡qué decepción!; llamé a mi mujer, no lo podía creer. Le dije que le iba a guardar una copia, para mostrársela.

La mujer del librero le contó lo que había pasado a una de sus compañeras de trabajo. Era bastante extraño el suceso. La compañera quedó un rato teorizando al respecto, justamente ella podía tener buenas ideas sobre el caso, porque su compañero de la vida también era escritor. Decidió que se lo contaría al llegar a casa. Quizás él pudiera aportar información valiosa sobre el curioso hecho.

7 comentarios:

Viejex dijo...

Aún no veo el rapto, ni me imagino como será. Me gusta cuando haces estas sagas, escribis muy bien!

Madie dijo...

Primera vez que paso por tu blog. Por ahora leí Rapto (Parte 1) y Rapto (Parte 2) y me atrapó. Quiero saber qué pasa!!!

Mientras espero una nueva actualización, voy a dar vueltas por tu blog a ver qué otras cosas encuentro.

Beso!

Cloe dijo...

Hola! Muy bueno tu blog, me gusta mucho como escribes, en serio.
Gracias por pasar por el mio.

Un beso!

MQDLV dijo...

qué raro todo esto...

Andra Sitt dijo...

quiero conocer la historia del psicologo y el ingeniero!
Besos
andy

Siesta escandalosa dijo...

Cómo me gusta el cuento del pescadito!

¡Jotapé! dijo...

Gracias, Viejex, en la última parte se define el rapto. Hoy subo la parte 3 y a mitad de semana la 4, que es la última.

Madie, bienvenida, lo mismo que a Viejex, ésta saga (él lo denominó así, y me parece bien) es cortita, el miércoles se termina. Más o menos.

Gracias, Cloe, parecemos floggers, pasate, me paso, efes, eme. Un beso.

Es raro, ¿no?; Mujer, y se va a poner más raro.

Andra, ¿será éste el medio? ¡Un beso!

Y tiene su que ver, Siesta.